A ti, que buscas tu huella en mis palabras, te diré que todas ellas llevan alguna de tus sonrisas, muchas de tus lágrimas y cada uno de tus besos. Sin ti, casi nada de lo que digo tendría sentido.
A ti, que me enseñaste a besar sin condiciones, te recordaré que lo importante es vivir cada instante consciente de que no volverá nunca. No tengas miedo a nada y haz que tu vida merezca ser contada.
Como me dijo alguien, ‘te querré siempre mientras viva… y después también.’
soy la arpista. Nunca contesto a nadie pero tu me has parecido una persona con sensibilidad y con ese toque especial que diferencia a unos de otros. en tu blog ademas se plasma eso. Gracias por existir gente como tu 🙂
Vaya. Qué comentario tan generoso. Muchas gracias a ti, Arpista, por ver lo que no sé si existe y por tu generosidad.
Un beso, David.
«He abrazado una rosa tan fuerte que sus pinchos me han herido. La sangre que brotó no fue si no la prueba hirente de mi amor».
Gracias.
… Y después también.