Por arte de magia

Estaba Pierrot jugando en el parque cuando se le acercó una chica curiosa. A ella le habí­a llamado mucho la atención ver cómo Pierrot trataba en vano de hacer volar un avión de papel que estaba mojado y que, una y otra vez, caí­a al suelo sin planear en absoluto.

Al verla aparecer, Pierrot le dijo sonriente:

Pierrot: Hola. ¿Cómo te llamas?
Estrella: Hola. Me llamo Estrella.

Pierrot: Hola, Estrella. ¿Quieres jugar con mi avión?
Estrella: ¿Estás tonto? ¿Cómo vamos a jugar con un avión que no puede volar?

Pierrot: Bueno, si crees que no puede volar, entonces no podremos jugar juntos.
Estrella: Es que no puede volar. ¿No ves que está mojado?

Pierrot: Ya sé que está mojado. Se ha mojado con la lluvia. Pero sí­ puede volar, créeme.
Estrella: Pues se está cayendo todo el rato.

Pierrot: No. Está volando.
Estrella: ¡Já! Eso no es verdad. Además, ¿cómo quieres que vuele si está mojado? ¿Es que quieres que se sostenga solo?

Pierrot: ¿Solo? No. Quiero que se sostenga por arte de magia.
Estrella: Ah. Osea que eres mago.

Pierrot: No, pero sí­ creo en la magia.

En ese momento, apareció la madre de la niña y se la llevó con prisa, dejando solo a Pierrot mientras trataba de hacer volar su avión mojado. No la volverí­a a ver hasta unos cuantos años después cuando, en el mismo lugar, Pierrot jugaba de nuevo con su avión mojado…

Estrella: ¿Has conseguido hacerlo volar ya?
Pierrot: Claro. Nunca ha dejado de volar.

Estrella: Veo que sigues creyendo en la magia. ¿No eres un poco mayor ya para eso?
Pierrot: No, no lo creo y, además, tampoco creo que sea una cuestión de edad. Creer en la magia es algo más que tener fe en algo aparentemente increí­ble. Creer en la magia es una forma de rebelarse a la realidad desafiando sus lí­mites.

Estrella: ¿Para qué? No es algo real.
Pierrot: Sí­, sí­ lo es. Yo lo veo. Y, si lo veo, es real.

Estrella: ¿Y qué ves?
Pierrot: Veo una realidad más bella.

Y, sin decir una palabra más, Pierrot se giró y lanzó de nuevo el avión al aire. Por un instante, Estrella contuvo la respiración esperando ver volar por fin al avión. Pero no fue así­, y el avión cayó directamente al suelo una vez más. Entonces, Pierrot se volvió hacia ella y le dijo:

Pierrot: ¿Ves? La magia no es otra cosa que ilusión.

Hay 15 comentarios

  1. miércoles, 27 de junio de 2007 a las 12:47

    Cinco frases célebres en una célebre redacción.

    Me quito el sombrero

  2. O
    jueves, 28 de junio de 2007 a las 18:07

    Qué bonito…. Ya tení­a yo ganas de saber de Pierrot!
    Besote y espero que todo salga bien 😉
    O

  3. lunes, 2 de julio de 2007 a las 16:02

    Gracias a ambas.

    😀

  4. sábado, 4 de agosto de 2007 a las 08:46

    Entonces, no sirve de nada creer en la magia.

  5. nena
    jueves, 30 de agosto de 2007 a las 19:36

    le querí­a decir a zaou que si sirve creer en la magia, mientras esperas que algo suceda eres feliz porque tienes esperanzas y cuando ves que no ha sucedido te puedes consolar recordando la agradable sensación que sentí­as mientras deseabas con ansia que algo sucediera.
    El que no se contenta es porque no quiere

  6. viernes, 7 de septiembre de 2007 a las 10:53

    — 😀

  7. Roberto
    sábado, 24 de noviembre de 2007 a las 08:54

    que tal, primero darte las gracias por regalarme con este pequeño gran fragmento de pierrot un momento para soñar, hay tan pocos ultimamente. Decirte que lo he incluido en el espacio de msn de mi esposa (pero he nombrado la fuente), espero que no te importe. Reitero las gracias y deseos de volver pronto a leer algo de Pierrot.
    recuerda Hoy es siempre todavia.

    PD: Sigo creyendo en la magia, aunque hace poco la vida me ha pegado un palo durisimo de incomprension y……. prejuicios

  8. martes, 27 de noviembre de 2007 a las 13:42

    Gracias a ti por tus palabras, Roberto. Y, con respecto a poner el fragmento en el blog de tu mujer, sólo puedo decirte que me resulta muy halagador y en absoluto molesto. Además, ¿a quién pertenecen las palabras? A mí­ me gusta pensar que las que salen de mí­ pertenecen a quien las lee. Así­ que ahora son tan tuyas como mí­as. Haz, pues, con ellas lo que desees.

    Por cierto, espero que te recuperes pronto del palo que hablas. Es en este tipo de momentos cuando la magia de la que hablamos en más necesaria. Y recuerda que, como decí­a Jonathan Swift, los necios tienden a atacar a quien no pueden comprender.

    Un abrazo.

  9. martes, 27 de noviembre de 2007 a las 13:54

    Al hilo de alguno de vuestros comentarios, quiero contaros la historia en la que está inspirado este fragmento.

    Uno de mis mejores amigos, Sergio, me dijo un dí­a que le recordaba a un curioso insecto que habí­a visto en un documental. La caracterí­stica que hací­a especial a tal insecto era que, desde un punto de vista técnico, no parecí­a posible que dicho insecto pudiera volar, ya que incumplí­a con los requisitos aerodinámicos necesarios para tal fin. Sin embargo, el insecto volaba. Y ese era un hecho indiscutible.

    Y es que, en este mundo, hay cosas que no deberí­an ser como son, pero lo son. Unas por fortuna, otras por desgracia y otras, sencillamente, por puro arte de magia.

    En mi opinión, lejos de ser algo puramente conceptual, la ilusión pasa por ser una de las fuerzas más poderosas del universo humano.

  10. miércoles, 28 de noviembre de 2007 a las 08:56

    La magia… ay¡¡¡ la magia.

    La magia era la manera de hacer ver a los «incultos intelectuales» de la época que las piedras de toda la vida tení­an vida e incluso se podí­an convertir en oro.

    Bueno podian haberles explicado teorias sobre atomos y particulas pero creo que no lo hubieran entendido e incluso se hubieran arriesgado a ir a la hogera.

    En aquellos tiempos oscuros, por aquellas epocas medievales, tambien existian personas que a falta de ordenadores, PDA, moviles de ultima generacion, y demas utensilios actuales e imprescindibles, se dedicaban al estudio de la vida y al descubrimiento de lo que tenemos mas alla de la vista.

    Pero de entre todos los magos a mi gusto destacaron dos, Leonardo y Rasputin.

    Existe la magia? Pues claro.

    La magia es sorprenderse con alucinantes e incomprensibles efectos visuales que nos hagan dudar de las teorias cientificas dominantes y nos conviertan de nuevo en niños y que permitan soñar con fantasticas aventuras.

    Saludos

  11. Roberto
    jueves, 29 de noviembre de 2007 a las 17:43

    Hola de nuevo, primero agradecerte la reseña de Jonathan Swift, has dado en el clavo. Segundo comentarte que no soy un habitual de chats, foros, blogs, y tal, que encontré el tuyo buscando «Ab imo pectore», un pequeño cuento que escribí­ y que debí­a titularse de ese modo, a consecuencia de lo que me pasó, y que es la mejor forma de entender.
    Lo he titulado de otra manera respetando el nombre que da titulo a tu poema, aparte de ser tu texto de mayor calidad, por tener el privilegio de ser el primero.
    No se muy bien como funciona esto y si hay algún tipo de normas, reglas o algo así­, yo por si a caso te pido permiso para que la próxima vez en lugar de un comentario te incluya ese pequeño cuento, así­ os haréis una ligera idea de lo ocurrido y porque sigo soñando aunque no sin cierta cautela.
    Un abrazo

  12. miércoles, 12 de diciembre de 2007 a las 01:31

    Nacho, coincido en tu interés por Leonardo y Rasputí­n. Dos personajes tremendamente interesantes. Cada uno con su magia, cada uno con su locura.

    Saludos!!!

    😀

    Roberto, no importa que dos poemas tengan el mismo nombre. Si crees que el tí­tulo de tu poema debe ser ‘Ab imo pectore’ (en latí­n, ‘de todo corazón’), no veo por qué razón habrí­as de ponerle otro. Además, seguro que antes que yo otros muchos escribieron algo con ese nombre, así­ que…

    😉

    En cuanto a lo de enviar el cuento del que hablas, por mi parte, te invito a que lo hagas. Ten presente que tus palabras son bienvenidas en estas páginas.

    Un saludo, Roberto.

    😀

  13. Nay
    domingo, 6 de abril de 2008 a las 17:32

    Yo conozco un hombrecito que vuela..

  14. Roberto
    martes, 8 de abril de 2008 a las 13:25

    Se de quien se trata Nay, viste de verde y va con un cuchillito al cinto, y unos amigos que llaman los niños perdidos.Tiene una amiga que teme volar pero el le ayuda con polvo de estrellas.
    Sin duda es entrañable. Quizas no te refieras a ese hombrecito.

    bueno.
    un saludo Roberto.

  15. miércoles, 9 de abril de 2008 a las 04:13

    ‘… a man called Pan is alive’ que decí­an los Waterboys.

    Pues claro que hay hombres que vuelan, ¿cómo no los iba a haber?

    😉