Permitidme que publique un poema que me ha enviado Marina, una mente maravillosa que acostumbra a sorprender la mía con un arma que maneja muy bien: las palabras. De hecho, hace tiempo que trato de convencerla para que publique cosas aquí, pero siempre me responde esquiva. Así que he decidido darle un pequeño empujoncito publicando este poema que me ha enviado, a ver si la próxima vez me envía algo original suyo. Como decimos aquí, Marina, lee el texto y ‘aplícate el cuento’, jeje.
😉
YOU WHO NEVER ARRIVED
By Rainer Maria Rilke
You who never arrived
in my arms, Beloved, who were lost
from the start,
I don’t even know what songs
would please you. I have given up trying
to recognize you in the surging wave of the next
moment. All the immense
images of me – the far-off deeply-felt landscape
cities, towers, and bridges, and unsuspected
turns in the path,
and those powerful lands that were once
pulsing with the life on the gods
all rise within me to mean
you, who forever elude me.
You, Beloved, who are all
the gardens I have ever gazed at,
longing. An open window
in a country house-and you almost
stepped out, pensive to meet me.
Streets that I chanced upon-
you had just walked down them and vanished.
And sometimes, in a shop, the mirrors
were still dizzy with your presence and startled,
gave back my too-sudden image. Who knows?
Perhaps the same bird echoed through both of us
yesterday, separate, in the evening…
TÚ QUE NUNCA LLEGASTE
(Traducción rápida – sorry)
Tú que nunca llegaste
a mis brazos, querido, a quien perdí
desde el principio.
Ni siquiera sé qué canciones
te habrían gustado. He renunciado incluso a tratar
de reconocerte en la repentina ola
del próximo momento. Todas mis inmensas
imágenes – el lejano y sentido paisaje
ciudades, torres y puentes, e inesperados
giros en el camino,
y aquellas poderosas tierras que una vez
latieron con la vida de los dioses;
todos ellos se alzan dentro de mí
refiriéndose a ti, siempre esquivo.
Tú, querido, que eres todos
los jardínes que siempre he contemplado,
añorante. Una ventana abierta
en una casa de campo- y tú casi
fuera, soñando con encontrarme.
Calles por las que pasé una vez-
que tú acababas de recorrer ya desaparecido.
Y a veces, en las tiendas, los escaparates
aún están impregnados de tu presencia para, súbitamente,
devolver mi reflejo. ¿Quién sabe?
Quizás el mismo pájaro resonó a través de ambos
ayer, separados, al atardecer…
pues dila que tendría q compartir con la gente las cosas que escribe, nos priva de algo importante, casi seguro…yo en mi blog escribo de todo lo q se me pasa por el coco , un tanto grillao, pero mio jejeje , besotes, su
Ya he hecho todo lo que he podido, Su. Ahora depende de ella. Gracias por mostrar tu apoyo a la iniciativa.
😉
hola mi nombre es daniel corbo hace un tiempo,unos diez años estaba yo en un encuenro de talleres literarios a nivel nacional,en Montevideo Uruguay,evento al que llegue con mucho entusiasmo,ya que en ese momento sentia que habia escrito «El cuento».No se si es grAfica mi exprecion,lo cierto es que despues de leerlo en mi entorno,me dio los reditos para envalentonarme y leerlo en ese encuentro,era la historia de un albañil desocupado,que se resigna a que su esposa lo mantenga,cuida de sus hijos,le roba plata del monedero a hurtadillas,para costearse un trago en el bar de la esquina,hasta que en esos menesteres descubre que su laborioso esposa llevaba preservativos,y cae en la cuenta de que llevaba maqs de un año sin mantener relaciones con el,casi el mismo tiempo que llevaba en el paro.La historia me pego porque le sucedio a un familiar mio,muy cercan pero dije vamos o eres escritor o eres una mierda y en eso estoy,lo cierto es que se me hacerco una chiquilla,que ademas de no ser fea esgrimia como talento conocer a un tal Lautreamont.La joven tenia todo el aspecto de ser una intelectual de puta madre,y para colmo me atria fisicamente´,simplemente tragico,y bueno para no aburrirte,me gustaria conocer la obra de este poeta maldito,si es que cabe la exprecion.
Ese poema es de Rilke
Pues nada, Daniel. Ahí tienes su obra para que empieces con ella cuando quieras.
Luna, el poema es efectivamente de Rilke, tal y como se indica al principio del mismo.
Un saludo